Un hombre entra a la ferretería. ¿Señor tiene clavos? No, no tengo. ¿Y pintura? La verdad es que tampoco tengo. ¿Y un serrucho? Mire señor, para serle franco no tenemos nada. Bueno, ¿y entonces por qué no cierra? ¡Porque no tengo candados!

Un vendedor ambulante gritaba: ¡Bolitas adivinadoras, bolitas adivinadoras, bolitas adivinadoras a 5 dólares! ¿Qué es lo que hacen esas bolitas? Pregunta un señor. Hacen que usted adivine, responde el vendedor. Entonces, el señor le compra una de las bolitas adivinadoras y al masticarla le dice: Pero, esto es pura tierra. ¡Otro que adivina!

Un chico vendiendo periódicos gritaba: ¡Extra, extra, 48 personas estafadas en un día! Un señor que estaba cerca le dice: Por favor, déjeme uno. El chico le entrega el periódico al señor y sigue gritando: ¡Extra, extra, 49 personas estafadas en un día!

Un hombre llega a una venta de tarjetas de San Valentín y pregunta al tendero: ¿Tiene tarjetas que digan para mi único y verdadero amor? El tendero responde: Sí tenemos. Y el hombre responde: Deme ocho, por favor.

Un señor llega a un abasto y pide: ¿Me da un pote de veneno para matar cucarachas? El vendedor le pregunta: ¿Para llevar? ¡Noooo! ¡Si queréis te traigo las cucarachas!

En un mercado un tocinero gritaba: ¡Chicharrones de huyaba! ¡Chicharrones de huyaba! Y una señora que pasaba por ahí le preguntó cómo sabían los chicharrones de huyaba, así que decidió comprar y le dice al tocinero: ¿Me da un cuarto? El tocinero le responde: Sí, cómo no. La señora probó un pedazo y se regresó […]

Este es un frutero que dice: ¡Vendo melones! ¡Vendo melones! Dice el loro: ¡Y todos podrios! ¡Y todos podrios! El frutero enfadado le mete un puñetazo al loro en el ojo. A la mañana siguiente: ¡Vendo melones! ¡Vendo melones! Contesta el loro: ¡Y todos podrios! ¡Y todos podrios! Otra vez le da un puñetazo en […]

Una señora va a una tienda y dice : ¿Por favor, tienen muñecas? Tenemos la Princesa que vale 4.000 pesetas, y la Divorciada que vale 14.000 pesetas. ¿Y esa diferencia de precio? Pués muy fácil, la princesa lleva su vestido sus zapatos y la divorciada lleva un departamento, casa en la playa y el coche.

Llama un señor a una zapatería y dice el dependiente: Le atiende la zapatería Blanco, ¿En qué le puedo ayudar? Lo siento, me he equivocado de número. Y dice el dependiente: Pues venga aquí y se los cambiamos.