Había una vez una pareja bailando en una fiesta, cuando de repente a la mujer se le escapa un peito. Muerta de vergüenza le dice al caballero: ¡Perdóneme gentil hombre, pero que esto quede entre nosotros! Pero el hombre agitando las manos dijo: ¡NO, QUE CIRCULE, QUE CIRCULE!

Había una vez un niño que estaba escribiendo una carta de amor que decía así: María, en el desayuno no como, porque pienso en ti. María, al almuerzo no como, porque pienso en ti. María, en la cena no meriendo, porque pienso en ti. María, en la noche no duermo, porque estoy muerto de hambre.

Había una vez un hombre tan flaco, pero tan flaco, que limpiaba mangueras por dentro. Había una vez una mujer tan gorda, pero tan gorda, que cuando se ponía tacones sacaba petróleo. Había una mujer tan gorda, pero tan gorda, que cuando se caía de la cama, se caía de los dos lados. Había un […]