Era un hombre tan feo, tan feo, tan feo, que cuando nació el médico le dijo a su madre: Tranquila, hemos hecho lo posible para que no saliera. Era un tío tan gordo, tan gordo, que para hacerse una foto carnet, lo cogieron con una vista aerea. Era una mujer tan gorda, tan gorda, que […]

Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que para ponerle una inyección se la tenían que poner a la carne del almuerzo. Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que no tenía intestino grueso. Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que cuando se pesaba la báscula le decía, móntese pues.

Llegan unos extraterrestres a la casa de un gangoso y le tocan la puerta, entonces le dicen: Somos los marcianos y venimos de Marte. A lo que el gangoso pregunta: ¿De marte de quién?

Era una adivina tan buena, tan buena, que además del futuro, adivinaba el condicional y el pluscuamperfecto de subjuntivo. El dietista de Atlantilandia, era tan bruto, tan bruto, que les decía a sus pacientes que debían de comer en un columpio para llevar una dieta balanceada.