Esta era una señora tan gorda, tan gorda, tan gorda, que una vez se hizo un vestido de flores y se acabó la primavera.
Últimos Chistes de Exageraciones
Era un hombre pero tan, tan, tan bajito, que era el último en saber que llovía.
Era una señora tan gorda, pero tan gorda, que cuando iba de compras y se subía a un taxi, su Angel de la Guarda se tenía que ir en otro taxi.
Una señora andaba buscando un perfume llamado Paloma Azul y llegó a una perfumeria y dijo: ¿Tiene Paloma Azul? Y el perfumero le dijo: ¡Ni que fuera pitufo!
Había un pueblo tan pobre, pero tan pobre, pero tan pobre, pero tan pobre, que el arcoiris se veía a blanco y negro.
Era un hombre tan feo, tan feo, tan feo, que cuando nació el médico le dijo a su madre: Tranquila, hemos hecho lo posible para que no saliera. Era un tío tan gordo, tan gordo, que para hacerse una foto carnet, lo cogieron con una vista aerea. Era una mujer tan gorda, tan gorda, que […]
Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que para ponerle una inyección se la tenían que poner a la carne del almuerzo. Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que no tenía intestino grueso. Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que cuando se pesaba la báscula le decía, móntese pues.
Llegan unos extraterrestres a la casa de un gangoso y le tocan la puerta, entonces le dicen: Somos los marcianos y venimos de Marte. A lo que el gangoso pregunta: ¿De marte de quién?
El jefe de redacción del periódico anunció a su secretario: Hubo un terremoto en Szplkwzsjnbn, Polonia. Averigüe de inmediato cómo se llamaba la ciudad antes del sismo.
Era una casa tan chiquita, pero tan chiquita, que cuando llevaron un cuadro de la Santa Cena, los apóstoles se quedaron afuera.