Chiste Número #360

Una viejita esta afuera de una casa queriendo tocar un timbre, pero ella no lo puede tocar porque no lo alcanza, de repente llega un señor y muy amablemente se ofrece:

Señora, buenos días, ¿En qué puedo ayudarle?

Por favoorr jooven, aayudeme a tocarr el timbree.

Señora, con mucho gusto, le respondió.

Ya señora, y ¿Ahora qué?

La viejita le responde:

¡A correr!