Chiste Número #393

Un vendedor de tomates salía a la puerta de su negocio gritando:

¡Vendo tomates, vendo tomates!

Pero resulta que al lado había una tienda de animales que tenía un loro muy burlón que repetía todo lo que oía, y al oír al vendedor decía:

¡Vendo tomates, vendo tomates!

El vendedor harto de que se burlara de él le tiró un tomate al loro dándole en un ojo y siguió gritando:

¡Vendo tomates, vendo tomates!

Pero el loro seguía repitiendo:

¡Vendo tomates, vendo tomates!

El vendedor muy cabreado le tiró otro tomate dándole al loro en el otro ojo, y siguió gritando:

¡Vendo tomates, vendo tomates!

En esto el loro respondió:

¡Vendo cupones, vendo cupones!