Chiste Número #3594

Era una vez un señor que se acababa de comprar unos zapatos nuevos, pero cuando los compró no se los puso y se fue a casa caminando, durante el camino se tropieza y se destroza la uña de su pie, sangrando aparatosamente y asustado comenta entre si:

¡Imagínense si me hubiera puesto mis zapatos nuevos!